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domingo, 28 de marzo de 2010

¿Es "Tan Malo" que los niños tengan juguetes bélicos?

Yo nací en los inicios de los años sesenta, cuando la gran tensión mundial de la Guerra Fría amenazaba la Paz y hacía que el temor de una nueva guerra mundial llegara nuevamente. Por eso en los 60s se iniciaron los 1° pasos en la búsqueda de la firma de tratados para evitar la proliferación de armas nucleares y prevenir una eventual guerra nuclear.


Sin embargo mi niñez la viviría embebido en los acontecimientos posteriores a la 2° Guerra Mundial, pues esta había concluido hacía menos de 20 años y las producciones cinematográficas de Hollywood traían todos los años algún film de guerra, aparte de las series de TV o aquellas películas que habían servido de incentivo patriótico entre 1939 y 1945.


Debemos recordar que, durante la Segunda Guerra Mundial, EEUU utilizó el cine como una vía para transmitir a sus tropas y a su país el desarrollo de la Guerra, generalmente en forma de noticiarios, que eran transmitidos en los cines estadounidenses y en los cines de los países aliados.


La industria del cine contribuyó con su trabajo a animar a las tropas, realizando documentales y películas que servían para elevar la moral de los todos los estadounidenses.


El llamado "cine bélico" realizado en aquellos años llevaba una enorme carga propagandística, donde el heroísmo de los soldados estadounidenses (los buenos) queda siempre de manifiesto al hacer frente a los soldados de las potencias enemigas (los malos); potencias que iban contra todos los valores que Simbolizaba Estados Unidos: la democracia, la paz y la libertad.


Una Gran parte de esas películas de guerra eran las que los canales de la incipiente televisión chilena de los años 60s exhibían a sus televidentes. Aparte de series de TV como "Combate", "Los héroes de Hogan", "Convoy", "Los Tigres Voladores", "Los Comandos de Garrison" y otras.


Era lógico que -quienes nacimos en esos años- jugáramos a "la guerra" y que nuestros juguetes favoritos fueran un rifle y un casco. Que nuestros "héroes" fueran aquellos emblemáticos "norteamericanos" y que aquellos a quienes debíamos combatir -en nuestros juegos- fueran "alemanes" o "japoneses", los "malos" de nuestros juegos.


Todos nos peleábamos por ser el sargento Saunders o el "Doc" en aquellos añorados tiempos de "juegos de Guerra" de niños.


No puedo negar que lo pasábamos bien. Esos juegos ayudaron a forjar en parte nuestra personalidad, a ir desarrollando capacidades de liderazgo y a tomar roles que -más tarde en la vida- nos serían de utilidad. También esas series de TV me hicieron pensar, preguntar e investigar por qué esos alemanes, que parecían ser tan tontos, habían logrado conquistar casi toda Europa y el norte de África. Tal vez así fue como me hice adicto a la historia.


Sin embargo en nuestros días las recomendaciones de sociólogos y psicólogos indican que no debemos incentivar el uso de juguetes bélicos o que simbolicen la violencia en los niños.


¿Acaso nos afectó, a quienes fuimos niños en ese entonces, el masivo bombardeo de violencia, guerra y muerte? ¿Nos afectó el haber jugado a la guerra y haber matado a nuestros enemigos en los juegos?.


Hoy agradezco el haber podido vivir aquella época, el haber sido uno más de aquellos protagonistas de los tiempos, el haber sentido el incentivo de investigar y de aprender, el haber podido disfrutar de mi niñez viviendo la experiencia de esos juegos que nos hacían disfrutar y quedar rendidos hasta más no poder.


¿Es "Tan Malo" que los niños tengan juguetes bélicos?


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martes, 23 de marzo de 2010

"Farkas y su ayuda tras el terremoto", por Sergio Melnick


Detrás de las muchas historias del terremoto -las desgracias, los milagros, las noblezas, los errores, y los aciertos-, están las anécdotas. Esta es la del caso Farkas, ese curioso personaje que destaca por su extravagancia, su exótica generosidad y sus coqueteos con la política. En la Teletón para la catástrofe vimos que su estilo de empresarios generosos y sin complejos se había contagiado de alguna manera, pero ¿dónde estuvo él?

Al parecer, Farkas buscaba un lugar muy afectado, que no estuviera siendo asistido y al que pudiera ir y volver en un día, pues no habría condiciones para quedarse. Así, el miércoles 3, salió destino a Iloca con 17 camiones y unas 200 ó 300 toneladas de ayuda, sobre todo alimentos, carpas y frazadas. Temiendo saqueos, fue apoyado por Carabineros, que le envió un vehículo a cargo de un capitán y que encabezó el convoy. A media mañana, una llamada le advierte de una especie de "asalto de autoridad" que ocurriría en Curicó, donde el alcalde pensaba de algún modo apropiarse de esta ayuda para dar un golpe político personal.

Preocupados, Farkas y su gente cambian la ruta y se van por Teno.

Aquí empieza la historia con otra de estas "autoridades", también alcalde. El primer incidente ocurre cuando éste aparece ante la comitiva de camiones, haciendo señas para detenerla. El alcalde en cuestión saluda a Farkas y, de inmediato, increíblemente, le pide ayuda para reparar los daños de su propia vivienda. Sostiene que no tenía ropa, no se había bañado y quería ayuda. La negativa fue elocuente: sus prioridades como autoridad debían ser otras. No logrado ese propósito, el edil solicita ser él quien distribuya la ayuda en su comuna, según su criterio. Tampoco lo logra. Frustrado, entonces, se pone al frente de la caravana, delante del auto de Carabineros.

El segundo incidente ocurre al llegar a Licantén. Curiosamente, en una intersección, unos conos impedían seguir derecho por un camino en perfectas condiciones y, casualmente, un camión basurero estaba estacionado a un costado. El alcalde hacía señas, y trataba de llevar el convoy por otro camino. Pero como no lo siguen y empiezan a mover los conos, el camión de basura se mueve para bloquear el camino. El capitán del convoy lo obliga a moverse y así sigue la comitiva, dejando atrás al alcalde.
Saliendo de Licantén, el convoy es nuevamente detenido y Carabineros incauta dos camiones con 60 toneladas con leche, argumentando la debilidad de un puente. El capitán discute con el mayor: pierde capitán. Farkas se desespera. Se comunican con el general que había facilitado el apoyo policial. General llama a mayor: pierde mayor. La comitiva vuelve a rodar, y obviamente no hubo problema con el puente.

En el cruce del camino Iloca-Curepto, el alcalde se juega el último recurso y un nuevo carabinero detiene el convoy: otro puente impediría el avance. Farkas discute con el oficial y reclama que las autoridades le impiden dar ayuda para la gente. Justo en ese momento aparece un equipo del programa La Ley de la Selva que iba en la misma dirección y que saca las cámaras para grabar la disputa. Ahora son las cámaras de TV versus carabinero: ganan las cámaras y el oficial deja pasar al convoy. Con este puente tampoco hubo problemas.

Finalmente, los alimentos llegaron a Iloca y Farkas los distribuyó directamente a la gente que los necesitaba. Esta vez Farkas fue anónimo, como también lo fue el curioso alcalde, cuyo primer instinto fue su propia casa y el segundo la gloria eventual. Una anécdota del terremoto que deja muchas lecciones.


Original de Sergio Melnick
Publicado en Ideas & Debates, Diario La Tercera, 16/03/2010

Fábula de la Luciérnaga y la Serpiente

Cuenta la Leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido con miedo, de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.

Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada.

Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:

- ¿Puedo hacerte tres preguntas?

La serpiente respondió:

- No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como igual te voy a devorar, puedes preguntar.

- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

- No, contestó la serpiente.

- ¿Yo te he hecho algún mal?

- No, volvió a responder.

- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?

- ¡Porque no soporto verte brillar!



Así, muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:

¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?

Sencillo: porque no soportan verte brillar.

La Envidia, es el peor sentimiento que podamos tener.

Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar.

Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta, tu esencia permanecerá, pase lo que pase.


El Autor de esta fábula es desconocido


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Moraleja: "No envidie al que brilla... simplemente imítelo".


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domingo, 21 de marzo de 2010

Las Posibilidades de que un Tsunami arrase Puerto Montt

El pasado jueves 11 de marzo se produjo en Chile el más polémico cambio de mando de nuestra historia, cuando minutos antes de la ceremonia y con ilustres visitas de varios países, se producían dos tremendas réplicas del reciente terremoto que asoló a nuestro país el pasado 27 de febrero.


Las réplicas, una de ellas inicialmente con características de terremoto, hizo que la nueva autoridad no "pecara" al no dar el oportuno aviso de una Alerta de Tsunami. A pesar de que el USGS (Servicio Geológico de EEUU) y el NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU) desecharon la posibilidad de un Maremoto; la ONEMI (Oficina Nacional de Emergencia) y el SHOA (Servicio Hidrográfico de la Armada) en Chile prefirieron no correr riesgos, declarando la temida ALERTA DE TSUNAMI.


Esta alerta abarcó desde las costas de la región de Coquimbo (por el norte) hasta la isla de Chiloé por el sur.


Las escenas de pavor de las personas -sobretodo en aquellos lugares que fueron arrasados por el Tsunami posterior al terremoto del 27 de febrero- se multiplicaron en todas las localidades costeras de la zona en alerta.


En la capital regional de Los Lagos, en la ciudad de Puerto Montt el anuncio preventivo trajo un gran desorden, histerismo y descontrol de las personas, igual que en otras localidades, pero lo increíble es que esto se pudo haber evitado (al menos en la ciudad de Puerto Montt).


¿Por qué? Por las razones que a continuación se exponen.


22 de mayo de 1960
Se produce un mega terremoto de magnitud 9,5 grados Richter con una duración cercana a los 10 minutos y con epicentro en Valdivia (distante a 200 kms. de Puerto Montt), el que produjo el mayor tsunami conocido afectando muchas ciudades costeras, tanto de Chile como de países tan lejanos como Filipinas, Japón o las islas de Hawaii. Sin embargo esta mortal ola solo produjo una marea un poco mas grande que lo normal en Puerto Montt.


27 de febrero de 2010
Se produce un gran terremoto de magnitud 8,8 grados Richter con una duración cercana a los 2,5 minutos y con epicentro en frente a las costas de Cauquenes (distante a 650 kms. de Puerto Montt), el que produjo un tsunami afectando varias ciudades costeras de Chile y marejadas en países lejanos como Filipinas o Japón. Este maremoto no es percibido en Puerto Montt.


La razón que hacen que en Puerto Montt no se hayan producido maremotos o tsunamis es porque el mar frente a Puerto Montt es un mar "Semi Cerrado". El Seno del Reloncaví protege la ciudad y sus alrededores, ayudados por las islas: Maillen, Guar, Puluqui, Queulín, Tabón y otras más pequeñas, sin contar el efecto disminutorio que se produciría al pasar un tsunami por el canal de Chacao, entre el continente y la isla de Chiloé.

(ver el mapa abajo)





Las Posibilidades de que un Tsunami arrase Puerto Montt


Las únicas posibilidades de que un Tsunami con consecuencias devastadoras arrase Puerto Montt es que el epicentro de un gran sismo fuera al frente de Puerto Montt, en pleno Seno del Reloncaví y que el sismo fuera con una magnitud superior a 7 o 7,5 grados Richter. 


La otra posibilidad sería que una gran faja de montaña (por lo menos de unos 500 metros) se desprendiera y cayera al mar, entre Lenca y La Arena o entre Puelche y Contao, zonas que no presentan montañas tan altas y cercanas al mar. 


Una tercera alternativa ya más cinematográfica sería que un meteorito de gran masa cayera frente a Puerto Montt, produciendo con la gran fuerza del impacto que levante una ola gigantesca. 


Definitivamente la posibilidad de un Maremoto en Puerto Montt es muy lejana, pero sólo posible con la contemplación de las hipotéticas alternativas que doy. 



Desde el Sur Chileno, se despide vuestro amigo,




José Córdova

Camas separadas... ahora sí que sí

El delicado equilibrio de la armonía en el lecho matrimonial tiene que ver con cosas más mundanas que el sexo. Ella quiere leer, él quiere ver el partido en TV. Él prefiere dormir con la ventana abierta, incluso cuando afuera hay hielo; ella tirita. ¿Una frazada o dos? Mejor dormir en piezas separadas, dicen los científicos.
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Apartados pero descansados .- En nuestra cultura las camas separadas se asocian al fin del amor, sin embargo hay científicos que creen que mejorar la calidad del sueño incluso podría ser beneficioso para la relación. 


Fue a comienzos de la década del 80. Los manifestantes marchaban hacia las plantas de energía nuclear en Brokdorf y Gorleben, Nena le cantaba a sus 99 globos rojos y el Bayern Munich era el campeón de la liga alemana de fútbol por enésima vez. Fue también la época en que Lucy y Jürgen armaron su primera cama doble en su hogar cerca de Stuttgart. Hecha por cierta empresa sueca, la cama tenía apenas 140 centímetros de ancho. La cubrieron con brillantes sábanas de satín y Jürgen no tenía más que tirar al suelo su delgada corbata de cuero para meterse a ella. Después de todo, estaban viviendo en pecado.


Casi 30 años, una compra de casa, varias aventuras extramaritales y dos hijos después, su otrora nido de amor ha sido degradado a cama de invitados en el subterráneo. Arriba, en el dormitorio principal, podrán ahora haberse promovido a un colchón king-size, pero Lucy sólo duerme a breves intervalos. En parte la culpa la tienen los hijos; aunque tienen ocho y 10 años de edad, siguen tratando de incursionar en la cama de sus padres. Pero la razón principal está en los ronquidos perforadores de tímpanos de Jürgen, los que son interrumpidos (brevemente y sólo a veces) por una desconcertante apnea. Ha pasado mucho tiempo desde que las cosas eran intrépidas entre ellos. De hecho, su relación es más bien silenciosa y Lucy hasta fantasea a veces sobre el divorcio. Pero ¿camas separadas? “Por ningún motivo”, dice ella, enfática. “Piense solamente en los niños. ¿Y qué tendríamos ya en común?”.


El fin del éxtasis


Buena pregunta. Lo que suena como un caso limítrofe de conflicto marital es en realidad una saga de todos los días en el promedio de los dormitorios. No importa lo averiado que pueda estar un matrimonio o una relación, compartir la cama es una expresión de un lazo que se conserva pese a todo lo que científicos y consejeros digan que debemos hacer para dormir sanamente y mantener el entusiasmo marital. Aún así, pese a las evidencias científicas, alrededor de la mitad de todas las parejas que comparten una misma cama insisten en que duermen mejor de esa manera.


Ahora, sin embargo, investigadores del laboratorio del sueño de la Universidad de Viena han confirmado la afirmación de Loriot, un destacado humorista alemán, quien ha dicho que hombres y mujeres simplemente no están hechos para estar juntos, ni siquiera cuando están inconscientes. Los especialistas de Viena han dejado pocas piedras sin dar vuelta en sus investigaciones sobre cómo duerme la gente. Doctores, biólogos, sicólogos, expertos en conductas y sociólogos fueron convocados para analizar de qué manera compartir una cama afecta “la calidad del sueño, el bienestar general y la calidad de la respectiva relación”.


Se puede decir con seguridad que retirarse en parejas no es necesariamente la manera más excitante de descansar de noche. Miembros de algunas sociedades de África y Asia siguen buscando calor y seguridad de noche en grupos más amplios. Pero, como un resultado de las costumbres sociales y religiosas del siglo XVII, las parejas de a dos se convirtieron en el modelo de las sociedades occidentales, con la expectativa de que dormir podría no ser la única actividad a la que se dedicaran. Los franceses, por ejemplo, favorecían irse a la cama en una camisa de dormir de lino con una rendija convenientemente ubicada a la altura de la ingle. Al mismo tiempo, en algunas partes de Estados Unidos, que por entonces era el bastión del puritanismo, los cónyuges podían enfrentar penas criminales por irse juntos a la cama, aunque lo hicieran vestidos, a menos que pretendieran seriamente procrear. Lo cierto es que las personas que podían permitírselo tenían dormitorios separados para el señor y la señora de la casa, un lujo que los investigadores modernos del matrimonio se afanan por promover nuevamente. Como reconoció al principio del siglo XX la investigadora feminista en planificación familiar Marie C. Stopes, las parejas que comparten un dormitorio pueden tener períodos de pasión de vez en cuando. El corolario, no obstante, se está convirtiendo en un testigo habitual de lo “poco atractivos y hasta absurdos rituales de la higiene personal”. A Stopes le preocupaba que esos despliegues pudiesen disminuir el nivel de deseo que las parejas sienten por el otro, no exactamente conveniente para un matrimonio.


El dormir de un hombre no es el dormir de una mujer.


Y, aún así, el delicado equilibrio de la armonía en el lecho matrimonial tiene que ver con cosas más mundanas que el sexo. Ella quiere leer, él quiere ver el partido por TV. Él prefiere dormir con la ventana abierta, incluso cuando afuera hay hielo; ella tirita. ¿Una frazada o dos? ¿Debiera el colchón ser de látex, espuma o plumas? Ya sea que pase por sacudones, que se tengan hijos o que se envejezca juntos, la pareja por toda una vida se ve acosada por obstáculos que pueden afectar adversamente el tradicional ritual de compartir la cama.


Aparte de los diferentes hábitos para dormir, numerosos estudios han concluido también que una razón por la que compartir una cama puede ser algo tan destrozador de nervios es porque hay diferencias genéticas en la forma en que duermen los hombres y las mujeres. Por ejemplo, las mujeres necesitan descansar más que los hombres, irse a la cama más temprano, sienten frío allí con mayor frecuencia y tienden más en las mañanas a seguir durmiendo, aunque también tienden a ser las que se levantan más temprano. Los hombres, por su parte, son mejores para mantener una temperatura corporal constante, lo que es una razón de por qué los expertos de Viena dicen que los hombres están bien preparados para abrigar a su compañera. Los hombres son típicos búhos nocturnos, roncan más a menudo y son mejores para dormir durante perturbaciones. La mayoría de los hombres no son conscientes de que sus esposas se despiertan mucho y que tienen horas de insomnio, y siguen imperturbables a su lado. La diferente actividad hormonal en hombres y mujeres también se traduce en períodos asincrónicos de sueño ligero y profundo, algo en que las mujeres tienen más problemas para adecuarse. Bajo estas circunstancias, no es sorpresa que los hombres afirmen dormir mejor cuando su pareja está en la cama que cuando no lo está. En cambio, las mujeres dicen que son despertadas más a menudo por su pareja, ya sea porque el ruido proveniente del otro lado de la cama se ha hecho intolerablemente fuerte o porque la desigual distribución de pesos en el colchón los desplaza como si estuvieran en un trampolín cada vez que el compañero de cama se da vuelta (lo que, entre paréntesis, hace hasta 30 veces por noche).


Los investigadores dicen también que el hecho de que a las mujeres les cueste más relajarse de noche tiene algo que ver con la todavía típica división de las responsabilidades domésticas en nuestra sociedad. Las madres, que desempeñan predominantemente el rol de cuidadoras de la familia (es decir, de satisfacer las necesidades de los hijos, atender a los ancianos y preocuparse por los adolescentes que no llegan de noche a casa a buena hora), continúan con sus deberes familiares de “control de tráfico aéreo” de noche, como una manera de evitar conflictos y accidentes. Y no es que puedan simplemente bajar una palanca y relajarse.


Con la edad, estos patrones de sueño específicamente de géneros sólo se hacen más pronunciados. Las mujeres sufren del síndrome de agitación de piernas mientras los hombres pierden gradualmente la capacidad de un sueño profundo. A quienes les gusta tomar siestas durante el día encuentran que no pueden caer o mantenerse dormidos de noche. Y, pese al hecho de que la mayoría de los hombres son asombrosamente inmunes a sus propios olores corporales, las mujeres no lo son. Ni siquiera un par de rociadas con Chanel Número 5 (cuyas cualidades evocadoras de sueños hasta Marilyn Monroe adoraba) podrán amortiguar el olor emitido por gastados pijamas de franela y calcetines de lana. Igualmente, los científicos han identificado casi un centenar de diferentes perturbaciones del sueño. ¿Es de extrañar entonces que las parejas no puedan yacer con tranquilidad cuando juntan sus problemas?









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Artículo de Bettina Musall/Der Spiegel
Publicado el Domingo 21 de marzo de 2010 en www.lanacion.cl
Versión original en: http://bit.ly/byJm9G
Fotografía gentileza de La Nación Domingo

domingo, 14 de marzo de 2010

PADRE, PAPÁ, PAPI... ¡Cómo era de bueno ser padre!

Por diversos motivos no he podido escribir en estas semanas... pero quiero dejarles un artículo que me cautivó. "Padre, papá, Papi" escrito por Daniel Samper Pizano, quien nos lleva a una reflexión muy interesante. Pero mejor les dejo con el.


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PADRE, PAPÁ, PAPI
¡Cómo era de bueno ser padre! 

Por Daniel Samper Pizano


Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como si no fuera dictamen de Dios sino reglamento de la Federación de Fútbol

Imperaban normas estrictas de educación: nadie se sentaba a la mesa antes que el padre; nadie hablaba sin permiso del padre; nadie se levantaba si el padre no se había levantado; nadie repetía almuerzo, porque el padre solía dar buena cuenta de las bandejas: por algo era el padre...

La madre ha constituido siempre el eje sentimental de la casa, pero el padre era la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra

- Padre: ¿quiere usted que cargue las piedras en el carro y le dé de beber al buey?
¡Qué berraquera era el padre!

Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá. El mero sustantivo era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita. Además -segunda derrota- "papá" es una invitación al infame tuteo. Con el uso de "papá" el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre:
- ¡Pero, papá, me parece el colmo que no me prestes el carro...!

A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle de una bofetada el cigarrillo y media jeta, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a casa y a organizar bailoteos y bebetas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban:
- Bueno, tranquiliza saber que están tomándose unos traguitos en casa y no en quién-sabe-dónde

El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en la sala mirando el televisor, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a coger el teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle al papá que no hiciera mala cara al insoportable novio y en vez de "señor González", como habría hecho el padre, lo llamara "Tato"

Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante maltrecha. Nada comparable a la figura procera del padre. Era, en fin, un tipo querido, de lavar y planchar, a quien acudir en busca de consejo o plata prestada

Y entonces vino papi

Papi es invento reciente, de los últimos 20 o 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica
- Papi, me llevo el carro, dame para gasolina...
A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya a cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntar a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en la cocina. A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la rasuradora eléctrica, el computador, las llaves...
Lo tutean, pero siempre en plan de regaño:
- Tú sí eres la embarrada, ¿no papi?
- ¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Jonathan

Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi:
- Oye, papi, me estás dejando acabar el whisky, marica...

No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme "PA"